Halloween: Reivindicando a los malos.

Cenicienta y el móvil de cristal. Cenicienta era una joven de 15 años, huérfana de madre desde lo seis y desde entonces, había estado a cargo de Manuela, la asistenta. El padre de la niña, cansado de la soledad y la pena que le embargaba cuando llegaba su casa, permanecía en el trabajo más horas de las necesarias y para compensar sus ausencias compraba el cariño de su hija a base de regalos, La niña tenía todo aquello que deseaba, incluso antes de pedirlo. Esas circunstancias moldearon su carácter y con el tiempo se había convertido en una cría engreída, indomable y malcriada.