Dioses.

Tímpano oeste del Partenón- El nacimiento de Atenea.

No me atrevo a mirarles. Siento que me llevan y me traen como una marioneta en un mundo carnal,  en el que sus corazones de alabastro no entienden el dolor humano. Ni siquiera son capaces de amar. Nos observan desde la distancia y dentro de unos cuerpos marmóreos, sus almas inmortales juegan con nosotros.


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