La química nunca falla.


No te olvides de los dientes, no vaya a tener algo entre ellos. ¡Perfectos!Lo que sí tengo es una bonita sonrisa, sí señor. Mis amigos dicen que soy un tío guapo y que puedo llevarme de calle a cualquier mujer. Aunque creo que exageran algo, sí que es cierto que no se me dan mal las chicas. 
En fin, vamos a ver si hacemos algo. Estoy estupendo. deja de mirarte en el espejo de una vez  y sal en busca de una presa. Los urinarios del pub no son el mejor sitio para ligar, teniendo en cuenta que no entran chicas.  Hoy estoy  dispuesto a meterme en la cama  de alguna despampanante fémina. Ya tengo treinta y cinco tacos y no he encontrado a una mujer que quiera llevar a la mía. Algo les falta a cada una de ellas que no logran atraparme. ¿Será que no tengo madera de casado, emparejado o lo que sea? Hoy no se piensa, solo se actúa. Pediré algo de beber. Siempre ayuda a romper el hielo.
—Un vodka con limón.
La barra es el mejor lugar para localizar y valorar el género. Esa rubia no está nada mal y parece que me sonríe. Piernas de escándalo, vestido ajustado, ¡ahí no cabe ni un alfiler! Tendré que localizar la cremallera antes de pasar a mayores. ¡Hay que ir con los deberes hechos! Melena rubia de bote pero bien cuidada y ojos claros. Nada mal, sí señor. Se acerca, prepárate Marc , usa tu mejor sonrisa y, ¡a por ella!
—Hola. Soy Marc. ¿Y tú?
El volumen de la música está demasiado alto, me viene bien. Debería convidar al DJ. Tengo que acercarme mucho para que me escuche, eso está muy bien. Ella tendrá que hacer lo mismo y la química hará el resto.
—Jessica.
Un par de besos castos en las mejillas, los otros vendrán después…Hay tiempo. Se acerca de nuevo. Aprovecharé para invitarla a bailar. La bachata es una buena música para estrechar lazos y cuerpos.
—Ella es Clarisa.
¡Vaya, se me ha fastidiado la noche!, viene con carabina. Tendré que saludar a…¡Dios qué es esto! No tengo palabras. ¿Acaso a esta tía no le han dicho que no hay que comer tanto? A ver si levanta la cara y por lo menos algo se salva.
Toca saludar a la gorda y después la dejamos apalancada en algún rincón.
—Encantada Clarisa. —Sonríe y se acerca. ¿Qué me pasa? Me ha puesto como una moto. Ella es suave y huele…  Algo está fallando, Marc. ¡Por Dios, esta tía no puede excitarte, es la antítesis de todo lo que te va!—. Clarisa, hueles muy bien. ¿Qué perfume usas?
Sigue provocándome sensaciones. Me estoy volviendo loco. Si consigo que me diga el nombre del perfume, se lo regalaré a cada chica con la que salga. El caso es que ese aroma me suena…
—Gracias por el cumplido, pero no uso ninguno. Soy alérgica al alcohol que llevan.
Ahora sí que estoy apañado. La única chica que me pone de verdad es… ¿A qué me recuerda su olor?   ¿Dónde está la rubia? ¿Se ha ido?, no importa. Ella huele a algo que…
—¿No me recuerdas? Tú no has cambiado mucho. —¡Joder, me conoce! ella es…—. El instituto Lope de Vega.
—¿Eres aquella Clarisa, la del insti?
¡Claro! Se sentaba detrás de mí. Me enamoré de su olor en secundaria.
—Sí, algo más crecidita. Aquella con la que te veías en secreto. 
Ríe. Su aroma se expande y se me cuela dentro, me llena. Recuerdo aquellos días en los que la besaba detrás de las vallas del colegio, ocultándome de las miradas de mis amigos. Ellos no entenderían que aquella chica poco agraciada fuese…
—Ven, Clarisa. He de hablar contigo.
Tengo que salir. El aroma que desprende me enturbia el cerebro más que el vodka. Con quince años olía y sabía a …verde monte y agua fresca, pino, hierba recién cortada, fruta… No sé a qué pero sigue oliendo igual. Necesito averiguar qué me pasa, ella parece poseer lo que ando buscando en las demás.
—He conocido todo tipo de mujeres y la mayoría me han servido para pasar un par de noches. —¿Tengo que ser tan sincero? ¡Qué ojos tiene! Expresan un mundo. Esta vez quiero terminar lo que dejé a medias en el instituto. No sé si ella…No dice nada. Aguarda. Vale—. Nena, con quince años se pueden hacer muchas tonterías y yo las hice. Dejé algo inacabado. —¿Cómo se lo tomará? Da igual tengo que decírselo. —Me refiero a ti, Clarisa.
Me estoy liando. Quiero besarla. ¿Se asustará si la beso? Espero que no, porque es lo que voy a hacer. ¡Madre mía! Huele y sabe igual que entonces. Creo que ella es …Sus ojos expresan lo mismo, puede que tenga una posibilidad.
—Clarisa, te voy a hacer la pregunta que no te hice años atrás. —¡Sé sincero coño por una vez, no vayas a cagarla ahora! —. En aquel momento fue por vergüenza, yo era un chiquillo. He madurado. —Venga, tengo que lanzarme. —¿Quieres salir conmigo?



Comentarios

Entradas populares de este blog

Un domingo diferente

Mi identidad

Cuento: Un Judío en el califato de Córdoba.