La química nunca falla.
No te olvides de los dientes, no vaya a tener algo entre ellos. ¡Perfectos!Lo que sí tengo es una bonita
sonrisa, sí señor. Mis amigos dicen que soy un tío guapo y que puedo llevarme
de calle a cualquier mujer. Aunque creo que exageran algo, sí que es cierto que
no se me dan mal las chicas.

—Un vodka con limón.
La barra es el mejor lugar para localizar y valorar el
género. Esa rubia no está nada mal y parece que me sonríe. Piernas de
escándalo, vestido ajustado, ¡ahí no cabe ni un alfiler! Tendré que localizar
la cremallera antes de pasar a mayores. ¡Hay que ir con los deberes hechos! Melena
rubia de bote pero bien cuidada y ojos claros. Nada mal, sí señor. Se acerca,
prepárate Marc , usa tu mejor sonrisa y, ¡a por ella!
—Hola. Soy Marc. ¿Y tú?
El volumen de la música está demasiado alto, me viene bien. Debería convidar al DJ. Tengo que acercarme mucho
para que me escuche, eso está muy bien. Ella tendrá que hacer lo mismo y la
química hará el resto.
—Jessica.
Un par de besos castos en las mejillas, los otros vendrán después…Hay
tiempo. Se acerca de nuevo. Aprovecharé para invitarla a bailar. La bachata es una
buena música para estrechar lazos y cuerpos.
—Ella es Clarisa.
¡Vaya, se me ha fastidiado la noche!, viene con carabina.
Tendré que saludar a…¡Dios qué es esto! No tengo palabras. ¿Acaso a esta tía no
le han dicho que no hay que comer tanto? A ver si levanta la cara y por lo
menos algo se salva.
Toca saludar a la gorda y después la dejamos apalancada en
algún rincón.
—Encantada Clarisa. —Sonríe y se acerca. ¿Qué me pasa? Me ha
puesto como una moto. Ella es suave y huele…
Algo está fallando, Marc. ¡Por Dios, esta tía no puede excitarte, es la antítesis
de todo lo que te va!—. Clarisa, hueles muy bien. ¿Qué perfume usas?
Sigue provocándome sensaciones. Me estoy volviendo loco. Si
consigo que me diga el nombre del perfume, se lo regalaré a cada chica con la
que salga. El caso es que ese aroma me suena…
—Gracias por el cumplido, pero no uso ninguno. Soy alérgica
al alcohol que llevan.
Ahora sí que estoy apañado. La única chica que me pone de
verdad es… ¿A qué me recuerda su olor?
¿Dónde está la rubia? ¿Se ha ido?, no importa. Ella huele a algo que…
—¿No me recuerdas? Tú no has cambiado mucho. —¡Joder, me
conoce! ella es…—. El instituto Lope de Vega.
—¿Eres aquella Clarisa, la del insti?
¡Claro! Se sentaba detrás de mí. Me enamoré de su olor en
secundaria.
—Sí, algo más crecidita. Aquella con la que te veías en
secreto.
Ríe. Su aroma se expande y se me cuela dentro, me llena.
Recuerdo aquellos días en los que la besaba detrás de las vallas del colegio, ocultándome
de las miradas de mis amigos. Ellos no entenderían que aquella chica poco
agraciada fuese…
—Ven, Clarisa. He de hablar contigo.
Tengo que salir. El aroma que desprende me enturbia el
cerebro más que el vodka. Con quince años olía y sabía a …verde monte y agua
fresca, pino, hierba recién cortada, fruta… No sé a qué pero sigue oliendo igual.
Necesito averiguar qué me pasa, ella parece poseer lo que ando buscando en las
demás.
—He conocido todo tipo de mujeres y la mayoría me han
servido para pasar un par de noches. —¿Tengo que ser tan sincero? ¡Qué ojos
tiene! Expresan un mundo. Esta vez quiero terminar lo que dejé a medias en el
instituto. No sé si ella…No dice nada. Aguarda. Vale—. Nena, con quince años se
pueden hacer muchas tonterías y yo las hice. Dejé algo inacabado. —¿Cómo se lo
tomará? Da igual tengo que decírselo. —Me refiero a ti, Clarisa.
Me estoy liando. Quiero besarla. ¿Se asustará si la beso?
Espero que no, porque es lo que voy a hacer. ¡Madre mía! Huele y sabe igual que
entonces. Creo que ella es …Sus ojos expresan lo mismo, puede que tenga una
posibilidad.
—Clarisa, te voy a hacer la pregunta que no te hice años
atrás. —¡Sé sincero coño por una vez, no vayas a cagarla ahora! —. En aquel
momento fue por vergüenza, yo era un chiquillo. He madurado. —Venga, tengo que
lanzarme. —¿Quieres salir conmigo?
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