Epitafio a la Fe.



         
Atardecer en los Alpes - Obra de Silvia Inés Giwant


 Miré hacia arriba pidiendo un milagro. Me aferré a mi religión y  deposité en ella la salvación de mi hijo.

Desde siempre me habían enseñado que la fe era capaz de mover una montaña. Y ahí estaba yo, implorando con todas mis fuerzas que ella se inclinara, solo lo suficiente, para facilitar  su  liberación. No se movió ni un ápice. A pesar de mi fe, no conseguí que aquella mala bestia permitiera un rescate rápido a tiempo de  salvarlo.

El mismo alud que lo había enterrado a él en la cumbre, sepultó mis creencias, dejándome solo un corazón helado.

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