La cita.
Angustia - Marila Tarabay El día ha amanecido con un sol radiante que pone un poco de calor a la mañana invernal. Hoy es el día de mi cita. “Debería llegar puntual o, tal vez, podría no acudir”, pienso mientras dejo pasar los minutos dando vueltas por la casa. No puedo desayunar, mi estómago se ha convertido en un montacargas que sube y baja al ritmo de los latidos del corazón . Estoy a un paso de una taquicardia. Ya en el cuarto de baño, el espejo me devuelve una imagen pálida. Intento borrarla y me arreglo despacio; me pinto con esmero. Con la barra de labios en la mano medito un momento si ponerme o no carmín. Sé que no me va a durar mucho, pero me siento más segura con él, así que lo aplico cuidadosamente.