Duelo al sol
Duelo de Oneguin y Lenski - Illá Repin (1899)
El calor era sofocante y solo el sonido de los grillos interrumpía el silencio. Se miraron frente a frente, gotas de sudor surcaban sus rostros. A la distancia a la que encontraban resultaba muy difícil fallar.
—¡Repítelo si te atreves y estás muerto!— increpó uno.
—¡Eres un cobarde!
Tan solo unos segundos tardó en desenfundar su arma. Se oyó un clic cuando apretó el gatillo y el otro cayó fulminado al suelo. Con tranquilidad, sopló el cañón de su colt, lo metió en la cartuchera abrochada a su cintura y se colocó el sombrero.
—¡Niños, los bocadillos! –se oyó una voz al fondo.
—¡Mañana te mueres tú que nunca te toca! –dijo el muerto poniéndose en pie.
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